HACE ya cuatro años que es transportista y conduce un camión . Tiene 26 años y ésta es la segunda celebración de San Cristóbal a la que asiste acompañado por su novia Eva. Junto con otros 600 vehículos atravesaron la ciudad con continuos toques de claxon para llegar al centro de transportes y bendecir el camión con el que trabaja todos los días. Aunque no tenía intención de ganar el habitual concurso que se celebra sobre cuál es el mejor camión decorado, no quiso desaprovechar la oportunidad de adornar el vehículo.

-¿Hace mucho tiempo que viene a conmemorar esta fiesta?

-Pues la verdad que vengo siempre que puedo, bueno, y siempre que mi jefe me deja (risas). No, en serio, es un fiesta que me gusta mucho, me lo paso muy bien.

-¿Qué es lo que se hace en un día así?

-El año pasado y éste, ir por la ciudad haciendo ruido. Eso es lo mejor. El camión lo llevamos decorado, claro. Lo que pasa es que desde que atravesamos la ciudad hasta que llegamos aquí se nos vuela todo. Después nos vamos a bendecir el camión y a tomar unos botellines. Después nos acercamos a la comida que se celebra, que está muy bien

-¿En qué consiste la comida?

-Pues es muy divertido porque hay música, una exposición de vehículos y un sorteo de regalos. Te puede tocar desde una mochila hasta un juego de neumáticos para el camión. En la fiesta nos solemos quedar hasta las ocho y media o nueve normalmente.

-¿Cree que es dura la profesión de transportista?

-Para los que duermen fuera de casa sí, pero yo no tengo problema porque voy y vuelvo todos los días. Tengo un horario fijo. Normalmente hago recorridos cortos entre Segovia, Madrid y Ávila, y eso no es muy cansado.

-¿Hay contacto entre los compañeros de profesión, sobre todo en estos eventos?

-En la empresa en la que yo trabajo sí, y poco a poco va habiendo más contacto con el resto aunque la verdad es que resulta difícil.