BRUSELAS, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
La normativa europea que obliga a los Estados miembros a
controlar el ruido al que se exponen los ciudadanos de los
núcleos urbanos de más de 100.000 habitantes entrará en vigor
el próximo domingo 18 de julio.
Gracias a esta directiva aprobada en 2002, los países de la
Unión deberán suministrar a la Comisión datos sobre los
niveles de ruido existentes en estas aglomeraciones urbanas,
con especial atención a las áreas cercanas a colegios y
hospitales y en parques públicos. Con estas informaciones
Bruselas desarrollará una base de datos de la situación del
ruido en toda la Unión Europea.
Además, a partir de estos exámenes, los Estados miembros
deberán confeccionar planes de acción destinados a reducir el
ruido y estudiar sus efectos en los ciudadanos que los
perciben. Tanto estos planes, como los datos suministrados a
la CE deberán ser accesibles al público, de tal modo que los
ciudadanos dispondrán de ‘mapas de ruido’ de sus ciudades.
Por otro lado, la normativa comunitaria prevé la
actualización quinquenal de dichos mapas y de las medidas
puestas en marcha para descender los niveles del ruido que
cada país apruebe. Asimismo, el control se extenderá en 2005 a
aquellas carreteras transitadas por más de 6 millones de
vehículos al año, a las redes ferroviarias que soportan el
paso de más 60.000 trenes al año, así como a los principales
aeropuertos y aglomeraciones con más de 250.000
habitantes.
Además, para junio de 2007, la directiva obligará a los
países que diseñen mapas del ruido percibido en los
alrededores de las infraestructuras arriba indicadas y de esos
centros urbanos.
La UE quiere que los ciudadanos participen en la confección
de los planes contra el ruido, por ello la ley comunitaria
exige a los Estados miembros someter a consulta pública las
medidas que piensa tomar e introducir las aportaciones de los
ciudadanos.
La directiva europea tratará de reducir los niveles de
ruido “inaceptables”, según los expertos, a los que están
sometidos unos 80 millones de europeos, tal y como señalaba en
la Comisión en su libro verde sobre la política futura de
lucha contra la contaminación sonora.
La normativa que entrará en vigor el domingo no se aplicará
sin embargo al ruido producido por la propia persona, por las
actividades domésticas, por los vecinos, así como a la
contaminación que tiene lugar en el trabajo, el interior de
medios de transporte o el registrado en las zonas militares.