El profesor de la universitat
Politècnica de Catalunya, Santiago Jiménez, alerto ayer de que el
ruido en el trabajo es también un factor muy preocupante.
En
ese sentido, expuso el ejemplo de una persona que está al frente de
una máquina para llevar a cabo alguna labor y que este aparato
genere un ruido de 90 decibelios.
En este caso indicó que se
podría soportar por parte del empleado. Pero si se diera el caso que
a su lado se habilitara otra máquina similar que produjera otros 90
decibelios, el efecto para el primer trabajador sería muy fuerte.
Esto quiere decir que el total de ruido que producirían
ambas máquinas sería de 93 decibelios, pero que el cuerpo de ambos
trabajadores soportaría una dosis de ruido muy superior, es decir la
energía que sufrirían sus cuerpos.
Por este motivo, señaló
que si en el mismo tiempo los empleados reciben el doble de impacto
acústico su cuerpo se cansará el doble, por lo que sería preciso
sólo trabajar la mitad de tiempo.
El profesor destacó que el
ruido es un problema en ciertos casos que hay que saber atajar, por
lo tanto recomendó que se realicen estudios de impacto acústico
tanto en ciudades como en recintos de trabajo, para asegurar por un
lado, el bienestar de los ciudadanos y, por otro, la higiene laboral
de muchos trabajadores, en lo que a materia de ruidos de ruidos se
refiere.
El experto de la Universitat de Cataluña expuso
ayer a las 9 horas una de las ponencias que tienen lugar dentro del
congreso Tecniacustica 2006 que acoge el campus de Gandia, de la
Universidad Politécnica de Valencia.