Noticias - Diario El Carabobeño
 
Lunes 17 de Septiembre de 2007
Opinión Cartas Horóscopo Cine Eventos Sociales Minianuncios Ediciones Anteriores CCEAS
  Inicio
  Ciudad
  Regional
  Nacional
  Deportes
  Sucesos
  Litoral
  Economía
  Internacional
  Ciencia y    Tecnología
  Educación
  Arte y    Espectáculos
  Salud



En la Semana
  Confesiones a    Dhameliz
  Foro Dominical
  Foro de los    Lunes
  Lectura    Dominical

  Paréntesis
  Industrial
  Médico
  Infantil

Minianuncios
  Indice
  Receptorías
Desplegados
  Información Comercial
  Tarifas

  La Fundación
  Don Eladio
  Sede







Dormir menos de 8 horas afecta el rendimiento escolar


En estudios realizados se ha registrado que los adolescentes se quejan más de trastornos del sueño que los niños y niñas.
Edny González Petit

Se suele escuchar a los adultos quejarse por tener un mal sueño. Sin embargo, poco se habla del tema en la infancia y la adolescencia. La mayoría supone que los niños, niñas y adolescentes duermen bien y pocos piensan que puedan tener insomnio o algún otro trastorno del sueño.

Dormir mal, trasnocharse o sufrir de algún trastorno del sueño puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza para los y las estudiantes cuando tratan de concentrarse durante las clases. Y es que se ha determinado que un individuo que duerme mal, puede dejar de rendir 50% en lo que hace diariamente.

En un estudio realizado por la Asociación de Estudiantes de Medicina de Estados Unidos (EEUU) se reportó que 41% de los encuestados le atribuyen los errores de concentración a la fatiga que produce no dormir. También se determinó que si un individuo pasa más de 24 horas sin dormir, equivale a tener en la sangre 0,1% de alcohol, más de lo permitido para manejar. Y si se compara a un individuo que duerme eficazmente con otro que no lo hace, aquel que duerme bien rinde el doble que el individuo que no duerme.

La universidad israelí de Tel Aviv realizó un estudio, dirigido por el psicólogo Avi Sadeh, el cual concluyó que dormir menos compromete la capacidad del estudiante para prestar atención y, por tanto, para aprender. El doctor Ronald Dahl, de la Universidad de Pittsburgh, considera que los conflictos familiares (discusiones, preocupaciones económicas o afectivas, enfermedades o muerte) pueden originar problemas de sueño en los niños. En Argentina se realizó un estudio sobre 2.500 estudiantes de diferentes ciudades, en el que se concluyó que la mitad de ellos duerme poco, y eso dificulta su rendimiento escolar. En EEUU, solo el 20% de los escolares duerme bien. Para el doctor Juan Andrés Cárdenas, neurólogo y especialista en somnología, dormir mal empieza a convertirse en un problema cuando afecta el desempeño diario.

“El dormir mal a veces no es necesariamente detectado por el individuo como un problema. La persona puede no darse cuenta de que está durmiendo mal o que hace algo incorrectamente a causa del sueño”, agrega.

El especialista refiere que el estudiante, al no dormir bien, tiene pocas ganas de ir a estudiar, presenta baja motivación, fatiga y la alteración de la concentración puede ser tan evidente, que puede que no recuerde lo que está viendo o estudiando; esto reduce de uno a dos tercios su capacidad de concentración y aprendizaje. También se ha determinado que se tiene un aumento sustancial en la proporción de errores en los exámenes.

“El estudiante puede pensar que se trata de un problema de memoria. Puede llegar a deprimirse o estar muy ansioso porque no rinde en la escuela, y eso a su vez altera más el sueño, convirtiéndose en un círculo vicioso que termina por llevar al fracaso escolar”.

Indica el especialista que a su consulta llegan niños, niñas y adolescentes que han tenido fracasos escolares atribuidos a problemas de atención o concentración, pero lo que realmente tienen es algún trastorno del sueño.

Los niños, niñas y adolescentes con problemas en el dormir tienden a ser depresivos y ansiosos. Este último estado se puede manifestar como violencia o problemas de adaptación.

El ciclo de Morfeo

El sueño es una etapa activa del organismo y está dividido en un ciclo que comprende dos fases. Una llamada sueño No REM, la cual se da al inicio del ciclo, y la otra denominada sueño REM, que se da al final del ciclo.

La primera, llamada No REM o sueño profundo, se caracteriza por el casi nulo movimiento ocular, disminución de la temperatura corporal, descanso del cerebro y reposición de los neurotransmisores que se han utilizado durante el día. La segunda etapa se denomina sueño REM o paradójico, se caracteriza por movimientos oculares rápidos y es muy importante para consolidar los recuerdos y la liberación de hormonas de crecimiento.

En los niños, el sueño REM es una etapa larga en comparación con los adultos. Explica Cárdenas que, en la primera etapa, el individuo descansa, y en la siguiente consolida los recuerdos. “El sueño es indispensable para el proceso de aprendizaje, porque si no podemos recordar, no podemos aprender”, añade.

En los niños y niñas

Un niño al nacer tiene 80% de sueño REM y duerme unas 18 horas al día, por lo que es un período de gran crecimiento. A los dos meses de edad, el individuo duerme unas 12 horas y el sueño REM cae a 70%; a los seis meses, duerme unas 10 horas y 50% de su sueño es REM y el resto corresponde a sueño No REM; al año de vida, el pequeño duerme entre ocho y diez horas y tiene 40% de sueño REM y 60% de sueño No REM.

“Como se puede ver, va disminuyendo el sueño REM y va aumentando el período de sueño profundo No REM, porque el niño va creciendo, pero a menos velocidad, y al mismo tiempo tiene más actividad cerebral que le impone una hora de descanso”, explica el especialista.

Cuando el niño o niña está en edad escolar (7 años), duerme unas ocho a diez horas y tiene 30% de sueño REM. Requiere que el final de su sueño sea lo más tranquilo posible, porque aquí es donde va a fijar su memoria, recuerdos y aprendizaje.

“Si no duerme bien, el niño se sentirá fatigado y tendrá problemas de concentración y memoria”, destaca Cárdenas.

Los adolescentes

En la adolescencia se presentan no solo cambios hormonales, sino que empieza una nueva etapa de socialización. Comienzan las salidas, llamadas y chateos en horas de la noche y la madrugada. Esto hace que se retrase la hora de ir a la cama a descansar y los padres generalmente se quejan, porque sus hijos se la pasan todo el día durmiendo.

Sin embargo, acota el doctor Cárdenas que ésta es una fase transitoria, de unos dos años, en la que los y las adolescentes suelen dormir unas diez horas al día.

“Es necesario entenderla, porque si se les obliga a mantener su esquema de sueño infantil, puede que no desarrollen su etapa de socialización de manera adecuada, pero si se dejan libres sin ninguna regulación, pueden tener a futuro problemas en dormirse muy tarde o muy temprano”, agrega el especialista.

En este período de transición, los adolescentes pasan a tomar el patrón de sueño del adulto, es decir, que empiezan a dormir unas seis u ocho horas.

Según el especialista, deben evitar quedarse hasta tarde estudiando, porque si no duermen bien no van a aprender. “Si no descansan, su rendimiento estará disminuido. Incluso si se estudió toda la noche, lo más probable es que al siguiente día no recuerden mucho o casi nada de lo que estudiaron”.

Si eventualmente deben hacer un trabajo y el horario se corre, las horas de sueño que hayan perdido deben recuperarlas en las siguientes noches y no en las tardes.

La siesta

La siesta es un descanso a media tarde que puede durar un máximo de 15 minutos, en la que no se puede llegar a dormir, ya que, si se duerme, se restan horas de sueño nocturno y se pueden incorporar elementos propios de la noche al día. Cuando un individuo duerme en la tarde y se levanta a realizar alguna actividad, el cuerpo debe readaptarse y esto puede provocar dolores de cabeza, cambios de humor y dificultad en la concentración.

Causas

Indica el doctor Juan Andrés Cárdenas que la principal causa de alteración del sueño en los niños y niñas es el síndrome del toque de queda, en el cual los pequeños y pequeñas se acuestan a la hora que ellos quieren, porque no tienen ninguna regla que seguir en casa.

Otro factor que interrumpe el sueño es el síndrome del niño asmático. Este síndrome se da en aquellas niñas o niños que han tenido alguna enfermedad y los padres los sobreprotegen, no los dejan dormir con la luz apagada, los obligan a dormir en el cuarto de los padres o están constantemente siendo revisados para ver si están bien o mal, lo que les produce un mal sueño.

Otros factores que también obstaculizan el sueño son:

Los ruidos, la temperatura y la luminosidad de la habitación.

Levantarse temprano para ir a la escuela o hacer alguna otra tarea.

Tener hijos de diferentes edades y actividades en la habitación, ya que alguno puede quedarse despierto y no dejar dormir a los demás.

Tratar de acostumbrar al niño o niña a dormir en ambientes inadecuados, como por ejemplo con ruido o en fiestas. El niño o niña en esta situación no duerme, sino que se encuentra en un estado de subvigilia, en el que no se sigue el ciclo normal del sueño.

Recomendaciones

Para tener un sueño placentero y reparador se debe evitar todo elemento o circunstancia que lo interrumpa. Por ello:

Evite el síndrome del toque de queda en casa. Ayude a su hijo o hija a organizar un horario en el que pueda realizar sus tareas, actividades recreativas y la hora de ir a la cama.

En la habitación, la luz debe ser muy tenue o tener una completa oscuridad, tranquila, donde no se presenten ruidos y con una temperatura entre los 21° y 22° centígrados.

Evite que sus hijos o hijas se duerman a altas horas de la noche, y si lo hacen, cuide que recuperen las horas perdidas las siguientes noches.

Si los niños mayores de 8 años quieren descansar, pídales que hagan la siesta. En los niños menores de esa edad se sugiere que duerman una o dos horas en la tarde.

Los estudiantes deben evitar consumir cualquier estimulante para estar despiertos, ya que esto sólo provoca que se mantenga activo el sistema nervioso de forma artificial. Tarde o temprano el cuerpo reclamará sus horas de sueño, lo que puede traer como consecuencia el trastoque de su ciclo.

El doctor Cárdenas indica que toda situación que retrase las horas de dormir debe ser tomada como un hecho aislado o un accidente. “No pueden forzar el sueño de lunes a viernes para recuperarlo los fines de semana, porque a la larga se convertirán en personas insomnes”.

Los pequeños y pequeñas pueden tomar un baño caliente antes de ir a la cama. Esto hará que suba la temperatura y el cuerpo pida dormir para bajarla.

Evite ingerir alimentos tres horas antes de ir a la cama, ya que esto provoca que el sueño no sea reparador e, incluso, puede causar indigestión.

Imprimir Enviar Aumentar letra Disminuir letra
       

Inicio | Opinión | Cartas | Cine | Horóscopo | Minianuncios | Ediciones Anteriores | CCEAS
Correo a la Redacción Web | Correo al Webmaster

Copyrigth 2004 - Todos los derechos reservados.

Buscar
 
Utilidades

Imprimir artículo

Enviar por Email

Aumentar letra

Disminuir letra

 

 

 










 
   
     
     
     
     
Edición Impresa